sábado, 19 de noviembre de 2011

El Comité de Bienvenida...




   Parece que esto va arrancando, y que a este tren cada día se unen más vagones.
   Pues ahora que cada día somos alguno más es el momento de dar otro paso y de irle sacando provecho a este invento.
   La idea surgió, luego les pertenece, de una conversación entre Pepe y José Ángel, ayudados por la inspiración que los vapores de un buen vino (en Los Pelayos o en el KISS, como de toda la vida), y recalco lo de buen vino porque la madurez nos ha otorgado un paladar mucho más exquisito y nos ha transformado de vulgares “tragavinos” en “enólogos” que solo disfrutamos con los “caldos” más sofisticados del dios Baco,
 ¡¡Si Jarabo levantara la cabeza!!
   A lo que íbamos, entusiasmados como estaban en la feliz idea de que algún día pudiéramos reunirnos todos los amigos…, y que poco nos vemos…, y que diáspora la nuestra…, se dieron cuenta de un detalle: que cuando alguno de nosotros se acerca por Olleros, muchas veces, después de muchos años sin venir, se encuentra con menos amigos (a los que tenía enormes ganas de ver) de los que esperaba, ¡y la mayoría de las veces es porque no sabían que estaban aquí!, ¡que si no coincides a encontrarte al tiempo tomando algo o por la calle ni te ves! Que se van con la sensación de “¿para qué venir?”, “nadie tiene interés por verme”, “cada día me une menos a Olleros”. Si todavía te queda familia seguirás viniendo, pero aquellos que ya no la tienen o que también se fueron empiezan a sentir poca necesidad de venir, y una de las razones es porque tienen la sensación de estar solos de resultarles todo lejano y ajeno, no encuentran con quien “rajar” un buen rato de aquellos años que tanto añoramos, algún amigo con el que ponerte al día.
   Llegados a este punto Pepe y José Ángel llegaron a una conclusión: “Vamos a tomar otro vino” …bueno, vale, tuvieron que llegar a dos: Que nadie de nuestro grupo de amigos/as y sus familias se sientan solos cuando regresen a Olleros.
   La solución es sencilla: cuando alguno de vosotros tenga intención de darse una vuelta por Olleros que nos lo comunique por el correo del blog. Lo publicaremos (siempre que el interesado quiera, también puede querer venir de incognito) y así todo el que esté interesado en encontrarse lo sabrá. Incluso se puede hacer una “quedada”: <<a la una en el KISS para tomar unos vinos>>, <<a las siete en los Pelayos tomando una birra>>.
   Y hemos querido ir un poco más allá. Los que vivimos aquí (los que tenemos la suerte) tenemos en mente formar un Comité para organizar algo que nos pueda interesar: Una barbacoa para comer y echar unas risas, una excursión a algún sitio que nunca hayas ido o que no recordáis como ir, para vosotros o para enseñárselo a vuestra familia (Pico Moro, La Cruz, La Torreta,…). Os podemos informar dónde podéis comer, alguna novedad interesante de ver cerca,… cualquier cosa que se os ocurra en que os podamos ayudar.
   Ahí os queda la propuesta, que estos dos se han quedado tomando vinos y me lo estoy perdiendo…

lunes, 14 de noviembre de 2011

La cruz.


Si fuese por la cantidad de veces que la gente del Valle ha ido de excursión a La Cruz y Olleros estuviese en otra zona de España, ya habrían construido un monasterio aledaño para ganarse un jubileo y promocionarlo como destino turístico.
Teníamos varios lugares de casi obligatorio complimiento de visita cuando íbamos de paseo al monte: la torreta, la cueva de La Virgen, la cueva de la campana, el plano, el hayedo, la Peñina…, y La Cruz (seguro que me olvido de alguno). Territorialmente, según el catastro, está situada en Sahelices, pero La Cruz es más de Olleros que de nadie, nos pertenece, aunque solo sea porque nadie la ha visitado más que nosotros.
Aunque su simbolismo no nos guste a la mayoría, creo que todos estamos por encima de las intenciones con que fue construida, la hemos adoptado como símbolo y no seríamos capaces de imaginar el paisaje de nuestro pueblo sin la omnipresencia de La Cruz. Es seguro uno de los lugares más fotografiados, como puede verse en la foto de esta entrada, que ha resistido casi indemne a un buen número de ataques de vandalismo (aunque por desgracia todavía puedan verse pintadas y golpes).
También está sufriendo el efecto de la despoblación que se produce en el Valle y es difícil ver el camino que conduce desde el plano a La Cruz, que al no ser transitado por la gente se está borrando. A ver si cuando vengáis por aquí le hacéis una visita y colaboráis a que se mantenga el camino.

¿Quiénes son esos intrépidos que posaron para la posteridad, en esa pose que por efecto del aire parece que van en un descapotable? José Ángel, Manolín, Chema y Juan Daniel, ?, ?, ?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Antigua Plaza...

Era, es, el centro del pueblo.
Era el centro del mundo..., de nuestro mundo.
No encontrarías otro pueblo de la provincia con una plaza tan amplia, con un espacio para el recreo como en Olleros. Un diseño nada habitual en la época  que construyeron “las colominas”. Gracias a ello teníamos espacio para jugar incluso cuando Olleros era un hervidero de niños, los felices años en los que el “régimen” fomentaba la natalidad y que nuestros padres cumplían por Dios y la Patria, los felices años de nuestra infancia, de los niños de la generación 60`s.
Era la plaza un espacio multiservicios, que al tiempo de patio para el recreo escolar hacía las veces de polideportivo, parque de atracciones, lugar para los bailes de las fiestas e incluso improvisada iglesia de campaña para las comuniones.
La plaza era de tierra dura, bien pisada, pedregosa, irregular, en una especie de plataforma un poco tendida hacia los pabellones 18 y 17, con dos partes diferenciadas: la del futbol, la más pegada al pabellón 10, y la de los columpios y otras atracciones, a continuación.
Las escuelas patronales estaban en las viviendas de los pabellones que rodeaban la plaza, lo que convertía a esta en lugar de concentración y espera para entrar a clase y en patio de recreo en los descansos. En el descanso de la mañana había que salir corriendo a casa para coger el “tanque” con el colacao y azúcar para que de vuelta llenarlo con la leche en polvo que preparaba don Nemesio en el portal de su clase-casa (nunca viviremos lo suficiente para agradecer a los yanquis semejante regalo; ya que con un vaso de leche, muy aguada, pretendían salvarnos de la miseria y la desnutrición; ¡que si no fuese por el colacao…!). Éramos tantos que prácticamente era imposible jugar al futbol. En la foto se aprecia un montón de niños jugando mientras alrededor muchos más esperan su turno. Igual sucedía con los columpios, al ser tantos sólo los más rápidos y los “abusones” podían disfrutar de ellos en ese breve tiempo.
Gracias a su tamaño éramos los únicos del Valle que podíamos disfrutar de los coches de choque durante las fiestas, además de muchas más atracciones: tómbolas, tiros, caballitos…, de las mejores orquestas, de las mejores fiestas que nunca se vieron en kilómetros a la redonda.
Era, es, mi plaza.

¿Alguien sería capaz de identificar a alguno de los niños que aparecen en la foto? Los que la hemos visto no tenemos ni idea de quienes pueden ser.