domingo, 26 de mayo de 2013

La Reunión de Agosto de G`60...


 
 
 Tras el fallido intento de fiesta-encuentro del año pasado, de forma casual nos reunimos unos pocos amigos para pasar el día. Nos fuimos de excursión al Valle de Picomoro, subiendo Pico Cerroso y el propio Pico Moro. Después del esfuerzo nos tomamos unas cañas por Olleros y bajamos a La Canalina para comernos las viandas que cada uno de nosotros había preparado apresuradamente de bocadillo para el viaje, tortillas de todos los colores, queso y fiambre por doquier, y el melón de LuisFer, que no falte. Estuvimos, hasta bien entrada la tarde, de copas y charlando, sobre todo recordando nuestra juventud, nuestras vivencias en Olleros.

Aunque improvisada, nos gustó tanto la experiencia que nos comprometimos a repetirla, decidimos que el modo de reunirnos los años venideros podría responder a un “programa” como este: una excursión, una comida, unas copas y lo que surja…

La lección aprendida del año pasado parece recomendarnos, igualmente, actuar con determinación, asignar una fecha cuanto antes, decidir qué queremos hacer, y el que esté interesado y pueda que se apunte. Eso no quiere decir que hasta una fecha aceptable no se admitan ideas, sugerencias sobre cómo pasar el día, qué hacer o dónde.

Sin cerrar todavía la fecha, barajamos los días 10, 11, 17 ó 18 de agosto, la propuesta que presentamos como base es la siguiente:

· Subida a Las Pintas (fotos), temprano, desde Las Salas. Aunque la foto impresione lo puede hacer cualquiera con un poco de fondo, tampoco mucho, y siempre hay una alternativa de recortar la subida y volver a reunirse a la bajada. El camino, los paisajes y las vistas son impresionantes, y curiosamente desconocidos para la mayoría de nosotros, a pesar de lo cerca que están.

 
· Como calculo que se puede hacer en 5 horas tenemos tiempo para tomarnos unos vinos por Olleros, de ronda como siempre, y después comer en un lugar por decidir: el río, el hayedo,…

· Por la tarde propongo que nos podríamos reunir en la finca de Miguel y pasar la tarde tomándonos algo, escuchando música (la que escuchábamos de jóvenes; se admiten desde ahora las propuestas para ir recopilando la música) y conversando; y ya avanzada la tarde, si queda alguien, podríamos preparar una sencilla cena a base de hamburguesas de novillo a la brasa, y a partir de ahí lo que cada uno decida…

Lo pongo ahora, con tiempo suficiente para que os vayáis haciendo a la idea y que podáis prever si por esas fechas estaréis por aquí. Más adelante, no tardando, daré la fecha y el programa definitivo según vayan llegando sugerencias, que si no llegan me arriesgaré yo a decidir…

Estáis todos invitados a asistir, ¡todos!, todos invitados a aportar ideas. Id preparándoos que no queda tanto y el 31 de Julio se cierra la lista.

¡Participad, que no os vais a arrepentir!… ¡Os arrepentiréis si no acudís!

miércoles, 22 de mayo de 2013

Nieve en mayo...

 
 
Cuando le cuentas a alguien que este año ha nevado en mayo, te arriesgas a que tu interlocutor te responda que él ha visto nevar en agosto, y hasta puede que sea cierto; muchos de nosotros hemos podido ver nevar en agosto, unos pocos copos, una nube pasajera cargada de agua que es conducida por una capa de aire frío, aire frío en altura como les gusta decir a los meteorólogos (que todos llevamos un meteorólogo dentro, a veces con más acierto en las predicciones que los mismos profesionales de “la tele”), unos copos que no llegaban enteros al suelo, muy caliente para que cuajasen.


Lo extraordinario de este año es que no ha dejado de nevar, que aún no se nos ha ido el invierno, que este año, con suerte, nos va a durar la primavera quince días (literal, que sigue haciendo frío). No hemos tenido una nevada de esas fuertes que pase de los 50 centímetros, que permanezca la nieve varias semanas en lo sombrío del monte, pero sí muchas, pequeñas, pero muchas, de amanecer con una efímera telina de nieve que no llegaba al mediodía. Así día tras día, sin dejar de hacer frío (lo sabéis bien los que os acercasteis a Olleros en Semana Santa), y cuando no, lloviendo a jarros que, en eso sí, se han batido todos los records de agua conocidos y registrados, después de un verano y un otoño de lo más seco y que nos metió el miedo en el cuerpo y que provocó que pudiéramos pensar que en unos años el desierto estaría por Quintana de Rueda, y que en unos pocos más nos estaríamos vistiendo con chilaba y babuchas; y mira tú por dónde unos meses más tarde parecemos noruegos por la palidez de nuestra piel y los coloretes de nuestro rostro, ¡que no hemos visto el sol desde el 2012!, que nos han dicho gentes del Sur que sigue estando ahí arriba, oculto tras ese manto gris, ¡supongo!, más que nada por esa tenue luz que nos permite distinguir, por poco, la noche del día.

Yo ya estoy harto de tanto frío, ¡que Olleros no está en Laponia! a pesar de los que viven a unos pocos kilómetros y nos interrogan todos los días por los metros de nieven que habrán caído y por las temperaturas glaciares que estaremos soportando, como si la divisoria del círculo polar ártico pasara por Colle, y el alto de Sotillos fuese el macizo del Himalaya.

Eso sí, está todo el monte cubierto de un verde intenso que es un regalo para la vista.

(Podéis ver la fecha de la foto, y os digo que el día 20 de mayo cuando amanecía se podía ver una fina capa de nieve en El Repetidor, Peña Perico y en todo lo que superase los 1.300 metros de altitud)