domingo, 11 de marzo de 2012

También ellas jugaban al futbol...


Después de tantas fotos de "tios" posando como equipo de futbol ya era hora de que fueran ellas las protagonistas de tan clásica foto.
El primer torneo de fútbol sala de la comarca se jugó en las fiestas de Olleros; el primer torneo de fútbol sala femenino también. Hasta en eso hemos sido precursores y hemos ido por delante de los "encorbataos" de Sabero, que mucho de señoritos para todo, pero de iniciativas: cero.
Y es que en Olleros hemos sido precursores en la integración y participación de las mujeres en todo tipo de actividades y asociaciones, en la integración de extranjeros: portugueses (con estos las cosa al principio estuvieron tensas y había cada poco peleas en la discoteca y en las fiestas, pero, claro, estaban justificadas, nos querían, y en algunos casos lo consiguieron, quitar las chicas), marroquís, paquistanís, caboverdianos, esto es, en la integración de otras razas. Y todo sin que nos tuvieran que venir a dar charlas sobre cómo tratar a la gente que viene a ganarse el pan, al igual que hicieron la mayoría de nuestras familias.
La foto: si Guardiola (ese niño pijo que dice que sabe entrenar) o Mouriño (el "soberbio" entrenador del, según la estadística, mejor equipo del mundo) cogiera este plantel de jugadoras, podríamos estar eligiendo entre acercarnos a la plaza a ver el partido o verlo por la TDT, porque estarían compitiendo en la máxima categoría, que no hay más que ver la calidad que se intuye en la pose y el talento que se adivina en las miradas...


martes, 6 de marzo de 2012

¡Por fín, Pepe!...


Otro ejemplo de las joyas que guardamos en casa son las fotos que nos cede Pepe de su colección privada, y para mí una sorpresa más encontrar la que sirve de imagen de esta entrada, otra foto de la que desconocía su existencia.
La primera impresión que me produjo fue pensar que es una foto irrepetible. Y no me refiero a la imposibilidad de volver el tiempo atrás y recuperar aquellos jovencísimos años, ni tampoco a la dificultad de reunir a todos los que están presentes. La foto no se puede repetir porque estamos posando en el poyete que había a la puerta de “La Guapina”, que fue derribado este verano pasado, ya que toda la línea de casas, incluido el bar, que había a lo largo de la carretera en un pequeño alto a continuación de Los Pelayos, estaban en completo abandono y ruina.
Jacinto, absorto a lo suyo como casi siempre; Miguel, en plano de fondo y pose para no acaparar el protagonismo de la foto; Paco, reprochando la actitud del increpador vecino; Ricardo, increpador del retratista en tono que parece amenazante; Jose, pensando “que hago yo con estos” o “joder me he olvidado los donuts en casa” o “¡qué vergüenza!, con estos pelos…”; Pepe, dominando el cuadro (que para eso la foto es suya) mostrando la pose distante que otorga un aura de prestancia, marcando atributos, y un control de la situación que siempre hizo gala.