El día 17 de agosto circulaba por una de las calles que dan a la plaza,
sobre las 8 de la tarde, y me encontré con Gelo que iba con su padre a tomar
algo. Después de las salutaciones de rigor y preguntas de protocolo me dijo que
había quedado con Luisfer, Jacinto y Guanchi para el día siguiente con la
intención de hacerse una excursión a Pico Moro, como vienen haciendo desde unos
años atrás.
“¿Por qué no te vienes con nosotros?”, me preguntó. Tenía la mañana del
sábado algo ocupada, pero hice las gestiones pertinentes y me apunté. A los
pocos minutos pasó por allí José Ángel y también se sumó a la partida, y como
sospechábamos que Pepe estaba por aquí contactamos con él y otro más; con
Giovanni que quiso acompañarnos formamos un grupo más variopinto que los de la
Comunidad del Anillo : Gelo el elfo, con ese porte de prestancia que siempre
tiene; Luisfer Gimly el enano, que
aunque no sea tan bajito la barba y la barriga cervecera le igualan el aspecto;
Giovanni el hobbit que para eso era el más pequeño; Pepe el mago, o alguien va
a discutir que Pepe siempre ha estado haciéndonos “trucos”, moviendo la barita
(en este día cambió la barita por la bota de vino, con la aprobación unánime y
algarabía de la compañía) para llevarnos donde quería; Jacinto podía ser un Ent
en esta revisión del clásico, tiene esas formas extrañas, poco hablador y
caminante solitario; Guanchi con ese
“pelao” y lo flaco y ver, como le vimos, pescando en el río casi en pelotilla
picada se asemejaba al Golum, en guapo ¡eh, cuidao!; José Ángel parecía el
Boromir, siempre cuestionando el camino a seguir, si seriamos todos capaces de
cumplir la misión, remoloneando por la fatiga; así quedo formada la Compañía
del Cerroso, ¡ah sí me quedaba uno!, el líder, el promotor de la primera
escalada del G60 en el macizo del Pico Moro, el Guía, el verdadero señor de los
anillos, ¡yo, claro! (advierto que el que no esté de acuerdo que se escriba una
historia para él).
De esta forma tan casual y espontánea quedamos para el sábado 18 a las
08:30 de la mañana en Los Pelayos, dónde “pretendíamos” tomar un café antes de
la partida, digo pretendíamos porque este pueblo ya no es lo que recordáis, los
sábados y festivos ya no abren los bares para el café y el orujo de rigor, no
por nada sino porque nadie va a ir a tomarlo y “abrir por abrir…”. A palo seco (a
José Ángel ya se le cruzó el día con lo del café) nos encaminamos (en coche que
iniciar un viaje a Pico Moro como antes desde casa, cuando íbamos a por té,
está para otras edades) a Ocejo de la Peña para iniciar una ruta desconocida
para la mayoría (parece mentira la de años que hemos estado aquí y no conocemos
lo nuestro; es posible que hayamos subido el Aneto y no conocemos las cumbres
que están en la memoria de nuestra niñez y juventud).
En las faldas de Pico Cerroso Luisfer, con acertado criterio, declino la
invitación a pisar la cumbre, la subida es fuerte y aún nos quedaba mucho para
regresar. A media subida nos hicimos una foto de grupo (¿dónde estabas,
Jacinto?) en una placa que hay puesta a la memoria de un avión estrellado en el
año 39 (después de discutir su idoneidad por tratarse de un avión nazi-alemán y
tripulación fascista, y que concluimos que ellos al fin y al cabo también
habían sido víctimas). Últimas rampas y cumbre, desde la que se contemplan
vistas im-presionantes. Descendimos al Valle de Pico Moro (¿por dónde bajaste,
Jacinto?) en busca de Luisfer y hacer el reagrupamiento, tomarnos un tentempié
y continuar hacia Collado Genciana, bajar al Valle de Nuestra Señora y de ahí a
los coches, dónde el merendero (¿alguien ha visto a Jacinto?).
Mientras nos recomponíamos y refrescábamos, discutíamos qué hacer a continuación,
dónde tomar unas cañas y dónde comer; como con lo de comer no nos poníamos de
acuerdo, nos fuimos de cañas por Olleros mientras nos lo pensábamos. Para hacer
patria decidimos comer en el Hayedo, pero la idea de cargar con la comida hasta
el lugar hizo que lo descartáramos a favor de comer en La Canalina y luego
darnos un baño en el rio (¡qué nooo…!). y allí sacamos las viandas: una
tortilla, otra tortilla, y otra y otra… con esta variedad de menú menos mal que
había algo de chorizo y queso, todo regado con un vino de rivera de Duero que
se trajo Guanchi que realzaba el gusto de las tortillas y una larga sobremesa
de conversación, remembranzas y risas acompañados de un licor de moras casero made in me.
Continuamos con unas copas en la terraza de Los Pelayos hasta que poco a
poco el grupo se fue disgregando de vuelta a sus casas, cargados de la fatiga
del día pero con la sensación de haber pasado un día cojonudo y la firme
promesa de repetirlo.
Y os la cuento así para que os corroa la envidia y pidáis que, si se
repite, no se os pase apuntaros si volvemos a hacerlo. Os puedo asegurar que
fue un día memorable.
Solo siento que con lo fácil que fue juntarnos, sin haberlo previsto,
unos pocos, ¿cómo es posible que intentando organizarlo no seamos capaces de
juntarnos, ya no digo más, los mismos? A ver si esto nos sirve de acicate para
próximas ediciones.
Ya sabéis que esto que os he contado ha sucedido porque desde hace unos
días podéis ver las fotos en el álbum del enlace que encontraréis en el margen
derecho del blog.
¡QUE PARA LA PRÓXIMA TENGAMOS QUE CONTRATAR UN AUTOBUS!
Bueno, a decir verdad, nos lo pasamos bien pero que muy bien pero el vino de Ribera de Duero lo trajo Gelo; yo, como el resto, me apunté a beberlo;
ResponderEliminarPor cierto, ¿ y esas fotos "robadas" donde se ve de esa guisa?, ¡ojo al dato!, no pase lo que a la concejala de Yébenes y os tenga que demandar que para eso me asesoran Belen Esteban y toda esa banda, je, je, je.
Saludos
Parece que esto está un poco parado, los que no participaron en la marcha no dicen nada, pero los que participaron tampoco (bueno solo guanchi).espero que solo sea un parón y que poco apoco vayan saliendo cosas nuevas.
ResponderEliminarTodo es por puta envidia Miguel,ademas estamos colapsados de tantos recuerdos por esas fotos.Por cierto, que bien os encuentro y que mal Yo por no estar alli,pero creo que en navidad puedo ir y espero veros. UN GRAN ABRAZO.chines.
ResponderEliminarSi te digo la verdad, veía esto tan parado que hacía tiempo que no entraba, pero me alegro de haberlo hecho hoy y ver tú sigues ahí. Yo también pienso ir estas navidades y espero verte, bueno y a los demás también, un abrazo y a ver si los demás se animan y comentan algo, lo que sea, el caso es que los que estamos fuera sepamos que seguís estando ahí (eso va por ti, Ricardo). Gracias Chines.
ResponderEliminarBueno no se como empezar, el caso es que no se si voy a saber publicar este comentario porque es la tercera vez que lo intento y no veo el resultado.
ResponderEliminarSolo quiero aprovechar este mensaje para desearos a todos felices fiestas y prospero año nuevo. También animaros a seguir con el proyecto de Ricardo que aunque algunos no escribamos, estamos pendientes de lo que se pone y a mi personalmente me hace ilusión ver.Animo Ricardo (y todos los demás).
Un abrazo Tino.